Esta pintura fue parte de una exposición colectiva, con mis compañeros de Bellas Artes en nuestro segundo año de estudios. No quedé muy conforme con el resultado final, así que al día siguiente de la inauguración pedí permiso en la sala de exposiciones para poder hacer unos retoques finales, me dijeron que no había problema. Es así que dispuesto a mejorar la pintura, cada vez quedaba mas inconforme con el resultado. Los colores cambiaron, algunas formas también, tanto así que ya no se parecía tanto al trabajo inicial, cada vez estaba peor. Recuerdo por ello algo que me dijo un profesor de técnica muy elaborada y detallista: para un artista quizás una obra nunca este terminada pero hay que aprender cuando hay que parar la mano. Tenia mucha razón y con este trabajo se me hizo muy presente ese consejo. Obviamente nunca me atreví a llevar la pintura de nuevo a la exposición, debío quedarse como estaba al principio sin un retoque más, esa era su verdadera esencia.
martes, 30 de diciembre de 2014
Año 1996, segundo año de estudios en Bellas Artes
martes, 23 de diciembre de 2014
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